miércoles, 20 de noviembre de 2013

Capítulo 3: "I'm so sorry..."




Delante de ella había un chico mínimo dos cabezas más alto, de tez morena y grandes ojos marrones. Tenía unas pestañas largas y rizadas naturalmente, y una barba de un par de días. Llevaba puesta una musculosa verde con un par de letras de colores, y unas bermudas de jean. Caminó despreocupado mientras rascaba su cabeza y se acomodaba el cabello con la mano derecha, mientras la izquierda iba en su bolsillo. Al llegar hasta donde estaba la chica, no pudo reparar en mirar su cuerpo únicamente cubierto por una pequeña toalla, mientras que ella volvía a escudarse con sus pequeños brazos, mientras se sonrojaba enormemente. Le dedicó una pequeña sonrisa, y _______ miró hacia sus pies avergonzada nuevamente. 

El chico, sin dejar de mirarla, golpeó tres veces la puerta de su habitación con sus nudillos.

-Nikki, soy Zayn. -La chica notó la voz áspera y sexy que salía de su boca. Ahora sabía su nombre. Él aún la miraba, aunque ella no podía descifrar lo que sentía o pensaba. Su mirada era demasiado inexpresiva. -¿Querés ir por un helado, o a caminar, o algo? 

La música que se escabullía por las hendeduras de la puerta se cortó abruptamente, y la puerta se abrió de golpe. Nicole, con su campera de cuero en mano, y su bolso en la otra, salió disparada sin darle una mínima mirada a su hermana. Tomó al moreno del brazo y lo arrastró por el pasillo hasta que desaparecieron en la sala.

Rápidamente entró al cuarto y cerró la puerta tras ella. ¿Cómo convivir todo este tiempo con una hermana que no te soporta? O aún peor, ¿qué pasará el año entrante, cuando Niall se tenga que ir a la universidad? Tendría que vivir sola con su hermana. Nicole no lo aceptaría. 

Rápidamente se puso el short de jean y la remera de manga corta, y cuando se iba a poner el buzo, alguien tocó la puerta. Ésta se abrió lentamente, dejando ver una cabellera rubia entrar a la habitación, con los ojos cerrados.

-¿Estás decente? -Preguntó antes de entrar por completo su hermano.
-Si. -Respondió ella, dejando su actividad anterior. Niall entró por completo a la habitación y cerró la puerta tras él.
-¿Todo en orden? -Preguntó preocupado. 

La chica no se había dado cuenta hasta ese momento que las lágrimas que habían amenazado en salir desde el incidente del baño, finalmente se habían echo presentes. Se secó las mejillas con el dorso de la mano, y al abrir los ojos descubrió la mirada consternada de su hermano.

Niall avanzó hasta ella y levantó una de sus manos, pero ella rápidamente la retiró se la llevó al pecho. Su hermano no se rindió, y con una mirada bastante dura, volvió a tomar la mano de la chica y la volteó, dejando a la vista las múltiples cicatrices de cortes anteriores. Algunos más nuevos que otros. Ella se sintió avergonzada. No separó la vista de su hermano en ningún momento. Y éste no separaba la vista de su muñeca. Soltó la mano con cuidado y sin mirarla giró sobre sus talones y salió por la puerta de la habitación, dejándola nuevamente a ella sola con sus lágrimas aflorando nuevamente en forma de cascada desde sus ojos.

Niall llegó a la sala y se desplomó en el sillón, sin notar que todos sus amigos se habían retirado, y el único que quedaba era el más pequeño de todos.

-Niall, se que no es buen momento, pero… ¿puedo quedarme esta noche? -Preguntó tímido Harry. Esa clase de timidez que te da cuando la madre de tu amigo lo regaña frente tuyo. Esa timidez que no sabés que hacer, entonces simplemente preferís quedarte sentado a esperar que el momento pase.
-Claro que si, Hazz. Siempre que quieras. -Trató de fingir una sonrisa. Subió los pies a la mesa de café y se quedó mirando a la ventana un punto fijo, una hoja de un árbol, pensando.

Harry no sabía que hacer. Podría bien quedarse callado, y esperar a que la tensión pase, aunque eso lo convirtiera en un mal amigo. O bien podría preguntarle que pasa, y soportar las consecuencias. Optó por la segunda. Niall había echo tanto, no solo por él, sino que por todos los chicos, que era lo mínimo que podía hacer.

-¿Está todo bien? -Preguntó el ojiverde. Niall volteó la cabeza hacia él, y asintió en un suspiro.
-Lo va a estar. O al menos eso espero. -Dijo lo último en voz baja, pero gracias al silencio que reinaba la casa, su amigo lo escuchó. -Lamento haberte hecho pasar por todo esto.
-¿Es en cerio? -Preguntó riendo Harry. -Hoy a la mañana le choqué el auto a mi padre porque prometió comer conmigo anoche, y no apareció sino hasta las tres de la madrugada. ¿Y te pensás que un celular en el inodoro es malo? -Harry rió con pesadez. Si bien el trataba de hacer reír a su amigo con tal historia, a el le daba amargura contarla. Pero por suerte sirvió para subirle un poco el ánimo al rubio.
-¿Vos ibas manejando? -Preguntó Niall, con una pequeña sonrisa plasmada en la cara.
-¿Qué? ¡No! ¡Ni loco! -Respondió riendo. -Lo puse al principio de un repecho, y lo empujé. La teoría de acción y reacción terminó el trabajo por mí.
-¿Teoría de acción y reacción? -Preguntó su amigo riendo más que antes.
-Física. La acción era el auto. Y la reacción la tuvo un árbol. -Niall estalló en carcajadas. Harry rió amargamente. No estaba conforme con lo que había echo. Pero dentro suyo se repetía que su padre se lo merecía. -Y, ¿qué me cuentas de tu nueva hermana? ¿Es otra Nicole, o qué? -Preguntó el chico, tomando un sorbo de agua. Niall negó reiteradas veces.
-¿Viste la actitud de Nicole? -Harry asintió. -Bueno, invertila y tenés la personalidad de _______.
-O sea tímida, delicada, y no tan… ¿satánica? -Preguntó el chico riendo. Niall asintió lentamente. -¿Seguro que son hermanas?
-Si. Desteñí a Nicole y te queda idéntica a _______. -Respondió Niall, ya más calmado.
-Esperá un momento… ¿Nicole se tiñe? -Niall asintió obvio. No podía creer que no lo supiera. -¿O sea que Nikki es rubia? -Su amigo volvió a asentir. -Wow, eso no lo sabía. -El rubio rió como diciendo "qué pelotudo".
-Tenías que verlas de chiquitas. Nicole era un calco a _______, pero versión más chica, y con más pecas. -Sonrió al recordarlas de chicas.
-¿O sea que _______ es más grande que Nikki? -Él asintió. -¿Es más grande que vos?
-No. -Negó el chico. -Tiene diecisiete. -Harry sonrió ampliamente. -Sacá esa sonrisa de la cara o te la saco de una piña. 
-¿Qué? -Preguntó el chico de los rulos riendo sonoramente. -Yo no dije nada.
-Pero lo pensaste. -Harry le brindó una sonrisa a Niall.
-No me dijiste eso cuando conocí a Nikki… -Se quejó el castaño, recostándose en el sillón. 
-Tenía diez años cuando la conociste, y vos tenías trece. No creí que pensaras esas cosas de mi hermanita. 
-¿Está buena? -Preguntó Harry, con una sonrisa. Niall le tiró un almohadón por la cabeza. -No, en cerio. Tengo que saber a que me enfrento.
-Yo que se. -Respondió el rubio, riendo levemente. -Es mi hermanita. No la miro… así.
-Entonces está buena. -Respondió Harry, subiendo los pies a la mesa de café, igual que Niall, quien lo miró confundido. -Si fuera fea dirías que es fea. Pero si es linda no podés decir que es linda, porque sería asqueroso. Es eso, o es un monstruo de la aldea.
-Tenés que dejar de obsesionarte con esa película. -El castaño rió mientras negaba con la cabeza. -Y si es linda. Pero no voy a hablar de si está "buena" o no.
-¿La voy a conocer? -Preguntó sonriendo. Niall se encogió de hombros.
-Supongo que en algún momento le va a dar hambre… Hablando de eso, yo muero de hambre. Pidamos una pizza.



-Ya casi terminamos la pizza y no conocí a tu hermana aún. -Se burló el castaño, limpiándose la boca con una servilleta de papel, y bebiendo un sorbo de refresco. 
-Voy a preguntarle si quiere comer algo. No te la termines, probablemente quiera comer algo. No come nada desde que llegó. Y conociéndola, no come desde que se subió al tren. -Dijo Niall, parándose del sillón y yendo hacia la habitación de su hermana.

Al entrar, la cama estaba perfectamente arreglada, nada fuera de lugar. Se adentró un poco más a la habitación solo para comprobar que efectivamente no había nadie ahí. Salió rápidamente y cruzó el pasillo hasta el baño. Lo abrió de golpe. Vacío. Se comenzó a preocupar. Corrió hacia su propia habitación, y repitió el procedimiento. Nuevamente estaba vacía. Solo quedaba un cuarto en la casa. 

Sin perder más tiempo cruzó el pasillo y abrió la puerta de la habitación de al lado de la de Nikki. Estaba oscura, y llena de cajas, y muebles que no se usaban. Hace alrededor de cuatro años que la habitación estaba igual, llena de porquerías. La ventana estaba abierta, y la cortina ondeaba suavemente al ritmo del viento.

Niall rápidamente esquivó las cajas, sillas, y demás objetos que habían en el piso de la habitación hasta llegar a la ventana. La melena rubia de su hermana ondeaba al ritmo de la cortina. Estaba sentada sobre las escaleras de servicio, con una libreta en la falda y un lápiz en la mano izquierda. Niall se quedó un momento admirando la obra de arte que su hermana estaba dibujando tras su espalda. Ella estaba tan concentrada que no lo notó, hasta que salió por la ventana y se sentó a su lado en las escaleras de metal negro. Ella rápidamente cerró el block en el que dibujaba. (La imagen de arriba del todo )

-¿Qué? ¿Por qué? -Preguntó su hermano apoyando sus codos en sus rodillas. -Estaba quedando estupendo.
-Era solo un boceto. -Respondió ella, apoyando el block sobre su pecho y poniendo un mechón de su rubio cabello tras la oreja.
-Era asombroso. De verdad. -Respondió él, mirándola enternecido.

Un silencio inundó el ambiente. Solo se escuchaban las bocinas de los autos de Nueva York constantes, y el viento silbando en sus oídos. El aire estaba sucio, contaminado, como fue toda la vida. 

-No puedo creer que en cuatro años Nicole no haya encontrado esta ventana, pero vos no llevás acá ni veinticuatro horas y ya la encontraste. -Comentó incómodo, para romper el silencio. Ella no respondió, solamente abrazó sus rodillas y miró como East River se movía lentamente, separando Brooklyn de Manhattan. -¿Tenés hambre? Ordenamos pizza. -Intentó nuevamente.
-Lo se. Vi al repartidor desde acá. -Respondió ella, aún sin mirarlo.
-¿Podemos hablar de lo sucedido? -_______ no respondió. -Por favor. Trato de entenderte.
-¿No estás enfadado? -Le preguntó ella, mirándolo finalmente, con una expresión de sorpresa.
-No, claro que no. -Luego lo pensó unos momentos, reconsiderando su respuesta. -O mejor dicho, si. si estoy enfadado. Pero conmigo mismo. Por no estar ahí para evitarlo. No solo esto -Dijo sosteniendo la mano de su hermana alto, refiriéndose a los cortes. -, sino todo, en general. -Ella se removió incómoda, mientras los recuerdos inundaban la memoria.
-No fue tu culpa. -Dijo ella, con un hilo de voz, al borde de romper en llanto.
-No. Pero pude haber abierto los ojos y haberlo impedido, en vez de tomármelas a Boston con nuestra tía. -Habló más para sí mismo, mirando al horizonte como Manhattan se alzaba frente suyo.
-Echarte la culpa no soluciona las cosas. -Le respondió ella, mirándolo arrepentido. Él la miró de la misma manera. -¿Podemos no hablar del tema?
-Claro. Hablemos del tema número dos. -Dijo levantando su muñeca, con una expresión divertida en la cara, probablemente para que ella no pensara nuevamente que estaba enfadado. Las marcas estaban cubiertas por el buzo, pero aún así siempre presentes. Ella retiró el brazo y estiró más la manga del buzo ya de por si larga. -¿Cuándo empezaste a… dañarte a ti misma? -Preguntó algo incómodo y triste a la vez. Pasaron alrededor de un minuto y medio antes de que ella contestara.
-A los nueve. -Respondió en un tono de voz muy bajo. 
-A los nueve. -Repitió Niall, como regañándose a sí mismo. Luego suspiró. -Y, ¿cuándo fue la última vez que… eso? -No se sentía cómodo hablando de esto a su hermanita. Y ella no se sentía cómoda respondiendo sus preguntas.
-Tres días. -Respondió de la misma manera. Niall estuvo un rato largo sin responder.
-Okey… Esto ya fue lo suficientemente raro. Nunca fui muy bueno hablando y eso… -Ella emitió una pequeña risa, falsa, por supuesto. -¿Qué te parece si vas a comer algo? Te guardé un pedazo de pizza.

Ella asintió mientras se paraba. Estaba aliviada de dar el tema como aludido. No quería seguir hablando del tema.

-De todas maneras no te creas que el tema está terminado acá. No quiero verte hacerte nada malo a tu cuerpo, ¿entendido? -Ella asintió, aunque no creía que así como así pudiera dejar el hábito.

Entraron a la habitación. Él la ayudó a bajar de la ventana, y ambos se quedaron admirando el lugar.

-Si sacamos toda la porquería puede quedar un lugar lo suficientemente amplio. -Comentó el chico, poniendo sus manos en jarra sobre sus caderas.
-¿Suficientemente amplio para qué? -Preguntó su hermana, mirándolo confundida. 
-Si trasladamos la cama para acá, creo que puede funcionar como tu habitación. No podés seguir durmiendo con Nikki mientras siga… -No encontró la palabra correcta.
-Odiarme. -Terminó la frase por sí misma.
-Nikki no te odia. -La tranquilizó su hermano. Ella se quedó en silencio. -En fin, ¿qué te parece? Podemos empezar a sacar las cosas mañana a la mañana. -Ella asintió levemente.

Por un lado se sintió aliviada. Pero por otro, le parecía horrible el hecho de tener que irse de la misma habitación que su propia hermana, por miedo a lo que ésta podría llegar a hacerle. Eso era realmente lamentable.

Esquivando las cajas y otros objetos, llegaron a la puerta, y caminaron en silencio por el pasillo. hasta la sala principal, donde un chico de cabello voluminoso estaba mirando televisión, sin notar su presencia. Si no fuera por el brazo de su hermano sobre sus hombros impulsándola a caminar, _______ ya se habría quedado a mitad de camino. Finalmente, cuando el chico escuchó pasos, volteó hacia donde ellos venían caminando. 

-Enana, el es Harry. Es uno de mis mejores amigos. -El chico al que Niall había presentado como Harry, se paró rápidamente del sillón y caminó hacia ellos dos. -Harry, ella es mi hermanita. _______. -Terminó de presentar, mientras Harry estiró la mano para estrecharla con la de la chica. Ella lo dudó unos segundos, pero finalmente aceptó su mano, y se saludaron.
-Un gusto. -Dijo él, con una gran sonrisa. Ella le devolvió la sonrisa tímida, pero no le respondió. -¿No habla? -Le preguntó gracioso a Niall. -¿Le comieron la lengua los ratones? Eso es grave. La lengua sirve para tantas cosas… -Eso finalmente logró hacer reír a _______. Por alguna razón, los comentarios desubicados del más pequeño del grupo le daban gracia. 
-Te estoy mirando, Harry. -Dijo Niall con una sonrisa. Le alegraba ver a su hermanita reír.
-¿Qué? Yo no hice nada. -Respondió con una sonrisa. -Es más, fui considerado y te guardé un pedazo de pizza. -Le dijo esta vez a la rubia. Ella sonrió.
-¿Gracias? -Respondió sin dejar la tímida sonrisa.
-¡Habla! -Exclamó divertido.
-Suerte con Harry, enana, porque no para de hablar. -Harry le golpeó el brazo de broma.
-Mentira. A veces paro de hablar porque preciso usar la boca para otras cosas… -Nuevamente _______ no logró reprimir una pequeña risa, y Niall lo miró con una mirada reprochadora. -Para comer, por ejemplo. -Dijo gracioso.
-Andá a comer, mientras tanto yo me voy a fijar su tu celular sigue funcionando. -Le dijo a su hermana. Esta asintió y caminó hacia el sillón, escoltada por Harry. 

_______ agarró el último pedazo de pizza sobrante en la caja y lo puso sobre un plato antes de sentarse en el sillón, junto al amigo de su hermano, quien no dejaba de mirarla, como estudiando sus movimientos. 

-Entonces, sos hermana de Niall. -Dijo sin apartar la mirada de ella. Asintió levemente. -¿Por qué no te conocía?
-Viví los últimos cuatro años en un internado en Connecticut. -Respondió ella, luego de tragar el primer bocado de pizza. estaba fría, pero era comida, y hacía rato que no comía nada.
-¿Un internado? Boo, que aburrido. -Comentó acomodándose. A ella no le gustaba la atención, igual que su hermano, por lo que estas situaciones la ponían incómoda. Simplemente se encogió de hombros. -¿Y por qué volviste? -Preguntó, cada vez más interesado en ella.
-Vos lo dijiste. Era aburrido. -Mintió, seguido de otro bocado de pizza. Harry sonrió levemente.
-¿Siempre sos tan tímida? -_______ se encogió de hombros. -No malinterpretes. Me parece lindo.
-¡NOS SEPARA UNA PARED, STYLES, NO EAST RIVER! -Gritó Niall desde la cocina. Eso provocó que ambos adolescentes rieran.
-Nunca lo había visto así con Nicole. Esto es nuevo. -Comentó riendo el castaño, mientras le daba un sorbo a su bebida.
-Porque Nicole te castraría apenas le dirijas la palabra… -Respondió Niall, volviendo a la sala con un vaso de agua en la mano. Le entregó el vaso a su hermana y se sentó en el sillón. -Lo lamento, pero tu teléfono está oficialmente muerto. -Ella miró hacia sus manos, donde sostenía el vaso.
-No se vos, pero con esa mirada me dan ganas de comprarle un nuevo celular. -Dijo Harry, tratando de ocultar su mal humor con bromas.
-Ya veremos como solucionarlo. -Dijo Niall, brindándole una sonrisa a su hermana.
-No importa. -Respondió ella volviendo a subir la mirada. -No me urge tener un celular.
-¡Es tan tierna! -Exclamó Harry, comportamiento no usualmente visto en él. -Quiero llevármela a mi casa y no parar de abrazarla. Pero eso incluiría hacerla lidiar con mi padre, y nadie merece eso… -_______ rió. El amigo de Niall estaba logrando subirle un poco el ánimo por el día de mierda que había tenido. Sacando el echo de reencontrarse con su hermano, nada de lo demás había sido bueno. Se hizo un silencio mientras ella delicadamente se comía todo el pedazo de pizza.
-_______… -Llamó su atención su hermano. -La cosa es así. A Harry le gusta la atención, así que este es el momento en el que le tenés que preguntar sobre su padre.
-Claro. -Dijo ella, volteándose hacia Harry. -¿Qué sucede con tu padre?
-No es necesario aburrirte, de verdad. No tenés que hacer lo que Niall dice. -Respondió él, acomodándose en el sillón.

-Ella es buena escuchando. -Dijo Niall. -Y además, tiene una afición por los casos perdidos, o sea vos. -Harry le tiró un almohadón por la cabeza a Niall, mientras portaba una triste sonrisa. -

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Buenas buenasssssss.... Se que estuve en otra totalmente la ultima semana, pero para ser sincera, me la tomé para relajarme totalmente :) Lo lamento!!!! En mi defensa, es todo culpa de America's Next Top Model, no me puede gustar más ese programa, lo juro!

Anna Malik: Lo lamento, pero por ahora no voy a necesitar chicas. Cualquier cosa se los voy a hacer saber a todas y haré un concurso como la otra vez :)

Bueno, básicamente eso. Ya me voy a escribir la de Louis, que el próximo capítulo está interesante... Jajaja beso grande a todas, las adoro!!

Laters, babies!

Juuu :)

domingo, 3 de noviembre de 2013

Capítulo 2: "...until I met him".


"Not all those who wander are lost."  
-J.R.R. Tolkien.


-¡Cuidado! 

Gritó alguien. Pero ella no llegó a ver quien era. En vez de eso volteó hacia la calle, donde un auto venía directo hacia ella. Pensó en moverse, pero sus pies le fallaron. Y cuando pensó que ya no podría escapar de ser atropellada, sintió que alguien la tiró fuera del camino hacia la acera de en frente, terminando sobre ella. El auto paró unos breves segundos, pero luego siguió su camino como si nada hubiera sucedido. Y ahora ella estaba a salvo, pero con alguien sobre ella. Ese alguien era su salvador. Quien la había salvado de casi ser atropellada. Ese alguien era un chico. Y era hermoso, pensó ella. 

Se quedaron mirando un rato sin decir nada. Pero pronto el peso del chico se comenzó a hacer notorio sobre ella, así que se removió incómoda y bajó la mirada mientras el calor subía a sus mejillas.

-Lo lamento. -Dijo el chico, también sonrojándose. Se paró de en cima de ella y la ayudó a pararse. _______ le dio una tímida sonrisa en forma de aceptación de su disculpa. Luego miró hacia donde segundos atrás Nicole se había ido corriendo, deseando que al ver que estaba en peligro hubiera vuelto. No fue así. Un suspiro se escapó de su boca. -No te preocupes por Nicole. Es así con casi todo el mundo. -Comentó el castaño al escuchar su suspiro. Había estado presente cuando ella salía del edificio detrás de su hermana y gritaba su nombre. Así que sabía que era ella por quien suspiraba. Ella asintió triste mientras bajaba su mirada al suelo. -¿De dónde la conocés? ¿Es tu amiga o… enemiga…? -Dijo lo último en voz baja, lo que le hizo cuestionarse a la chica que tantos enemigos tuviera su hermana. Nuevamente miró en dirección a donde se había ido.
-De hecho, soy su hermana. -Otro suspiro se escapó de su boca sin previo aviso. Volvió la vista al chico y éste estaba con los ojos bien abiertos. 
-¿Su hermana? -Habló luego de un par de segundos incómodos de reflexión. -Pero, ¿cómo…? Digo, no es imposible. Sos idéntica a Niall. -Se rascó la nuca tratando de atar cabos por sí solo, pero no lograba. Le faltaba información. -¿Cómo es que Niall nunca me contó que tenía otra hermana? -Dijo para sí mismo en voz alta.
-A Niall no le gusta hablar de su vida… -Contestó ella volviendo la vista a la acera. Por un segundo se sintió apenada. ¿Será que Niall no la consideraba lo suficientemente importante como para hablarle a sus amigos de ella? 
-Lo se, pero… Una cosa es no decirnos la chica con la que se acostó el viernes. Pero, ¿una hermana? ¿En serio? -_______ se encogió de hombros sin saber qué responder. Puso ambas manos en su nuca y dio una vuelta en su lugar mientras tomaba aire. -Lo lamento. No paro de hablar. -Emitió una pequeña risa. _______ le devolvió la sonrisa tímida. -Soy Liam. Liam Payne. Uno de los mejores amigos de tu… hermano. -Le tendió la mano a la rubia, y esta la aceptó.
-_______. -Respondió. No le pareció necesario decir su apellido, ya que debe de saber el de Niall. Además, no es un apellido del que le guste alardear. Liam le sonrió, y ella se sonrojó. Luego de un par de segundos en los que ninguno habló, a ella le pareció adecuado el momento para agradecerle. -Gracias… Por salvarme. 
-De nada. -Dijo sin dejar de sonreír. -¿Vas a ir tras tu hermana o al loft? -Preguntó indeciso. Ella volteó por tercera vez a donde su hermana había desaparecido. No sabía a donde había ido. Y de seguro para este momento ya debería de estar muy lejos como para seguirle el rastro.
-Al loft. -Dijo en un suspiro.
-Entonces te acompaño. Venía a ver a Niall de todas maneras. -Ella le sonrió en forma de agradecimiento y comenzaron a caminar hacia la entrada. 

Subieron las escaleras en silencio hasta el apartamento, y al entrar Niall estaba cargando el bolso para llevarlo a la que sería su habitación. 

-Hola, Niall. Qué lindo día. Me encontré a tu hermana perdida en la calle. ¿Tenés un vaso de agua? Hace calor. -Bromeó Liam cerrando la puerta tras de él. Niall le sonrió.
-Liam, ella es _______, mi hermana menor. -Los presentó sin dejar de sonreír.
-Gracias por el dato. ¿Alguna otra hermana, prima, o algo por el estilo, de la cual no sepa? -Preguntó gracioso. -O un hijo, tal vez.
-No. -Lo pensó unos momentos. -No. -Repitió. Liam sonrió. -Vamos. Llevemos esto a tu cuarto. 

La chica sonrió y puso la mano en la valija para arrastrarla hacia donde su hermano le dijera. Pero antes de poder comenzar a hacer girar las ruedas, una mano se posicionó sobre la de ella. Al voltear lo vio a Liam con una gran sonrisa adornando su rostro. Inmediatamente el color subió a sus mejillas.

-Permitime. Yo la llevo. -Ella sacó la mano temerosa y permitió que Liam guiara su maleta hasta su habitación.  

Al llegar a la chica le llamó la atención la decoración de la habitación. Al entrar se localizaba un buró que separaba dos camas. La de la izquierda era simple, con un acolchado blanco y almohadones rojos. A la derecha había una cama del mismo tamaño, pero con el acolchado color negro y violeta. La pared de al lado estaba pintada de negro, y grafiteada con pintura plateada. En la pared sobre el buró habían pósters de varias bandas como Aerosmith, Guns N' Roses, Metallica y Kiss. Varias prendas de ropa se esparcían por el piso, sin embargo de la mitad del cuarto a la derecha estaba bastante ordenado. Seguramente su hermano se debió de haber tomado la libertad de tirar toda la ropa de su hermana hacia su lado del cuarto, para dejar el de ella moderadamente ordenado. Al entrar pudo ver como habían dos roperos, uno en frente a cada cama. Era una habitación pequeña, pero era acogedora. De todas maneras temió el hecho de que debía dormir con su hermana. Si siquiera podía dirigirle la palabra sin que saliera corriendo despavorida, no quería imaginar lo que iba a ser compartir habitación con ella.

Dejó su cartera sobre la cama y se volteó a ver a ambos adolescentes mirarla desde la puerta en busca de su aprobación.

-Gracias, Niall. -Dijo tímidamente mientras le sonreía. -Es muy lindo.
-De nada, enana. -Respondió dejando su bolso al lado del ropero. -No te preocupes por Nikki. Ya se le va a pasar. -Ella asintió pasando un mechón de su cabello detrás de su oreja. 
-¿Dejo esto por acá? -Preguntó Liam mientras avanzaba con la valija. _______ asintió.
-Si, donde quieras está bien. -Liam miró la maleta, la miró a ella, y luego sacó la mano de la misma dejándola a la mitad de la habitación. 

El timbre de la puerta de entrada sonó y tanto Liam como Niall se miraron entre sí.

-Debe de ser alguno de los chicos. -Lo primero que se preguntó la chica era cuantos amigos tenía su hermano, y si iban a estar viniendo tan seguido. 
-Yo voy. -Respondió el castaño. Le dio una última mirada acompañado de una sonrisa a la chica y salió de la habitación. 
-¿Querés que te ayude a desempacar? -Preguntó su hermano mientras se ponía las manos en los bolsillos del jean. Aunque fueran hermanos, y se quisieran, en parte eran medio desconocidos. Hablaban siempre por teléfono, pero aún así era raro estar el uno con el otro. 
-No. -Negó la rubia. -Andá con tus amigos. Yo estoy bien. -Nuevamente se puso a jugar con los puños de su buzo. 
-¿Segura? -Preguntó. La chica asintió con una pequeña sonrisa. Niall avanzó hasta ella y la abrazó. -Te extrañé mucho. ¿Te lo había dicho? -Ella soltó una pequeña risa y asintió en su pecho.
-Yo también. -El rubio besó la frente de su hermanita y desapareció por la puerta, pero a los tres segundos volvió.
-Esta noche te llevo a comer. ¿Te sigue gustando la comida china? -La chica asintió. -Comida china, entonces. -Le sonrió. -Cualquier cosa, estoy en el comedor. -Ella asintió y el se fue por la puerta. 

En vez de ponerse a ordenar, la chica se sentó en la cama. Todo se veía tan raro… Ajeno a ella. Pero el hecho de estar de vuelta con sus dos hermanos, juntos, le llenaba una parte del alma que antes se encontraba vacía. Se quitó los zapatos y se acostó en su -ahora nueva- cama. 

Hacía días que no había podido dormir bien. Estaba nerviosa por volver a Nueva York. Pero ahora que estaba acá, todos esos nervios e inquietudes se volvieron insólitos. Así que simplemente cerró los ojos y calló profundamente dormida a los pocos minutos. 



Se despertó gracias a un sonido de vidrio romperse. Pestañeó varias veces para poder acostumbrarse a la vista, y una vez que ya no veía borroso, se levantó hasta quedarse sentada en la cama. Su brazo derecho estaba dormido, pero a pesar de eso, todo parecía en perfecto estado. Se paró y caminó a paso torpe hasta la puerta. Temía ir hasta el comedor, no sabía con qué se iba a encontrar. Pero entonces creyó identificar la voz de Liam gritando "¡Dejen de ensuciar, pajeros!", y se tranquilizó. Habían sido ellos. 

Retrocedió los pasos mientras sentía el común cosquilleo en su brazo derecho y se quedó mirando a su cama ahora algo arrugada. Agarró su cartera, que se encontraba en el piso gracias a alguna patada inconsciente que ella abría dado dormida, y sacó su teléfono celular. Prendió la pantalla y verificó la hora. Las ocho y veintiuno. Había dormido por cinco horas sin despertarse ni una vez. Esto es raro en ella. Suele despertarse bastante seguido por la noche. Es como una manera de estar alerta. 

Desde la puerta de su nueva habitación, que estaba abierta, se colaban las voces y risas de los amigos de su hermano. No podía distinguir bien cuantos eran con exactitud. Pero suponía que más de tres. 

Abrió su valija y lo primero que sacó fueron sus parlantes. Los colocó con cuidado sobre el buró, y los enchufó a la corriente. Puso su celular en ellos, y le puso shuffle a la música. Le bajó el volumen lo más que pudo, cosa de no molestar a su hermano ni a sus amigos, y comenzó a ordenar su ropa al ritmo de "I Want It That Way", de The Backstreet Boys



-Vienen acá solo para ensuciar ustedes… -Se quejó Liam mientras limpiaba el vaso que se había roto sobre la mesa, mientras Niall sonreía despreocupado. 
-No te preocupes, Liam. Yo después limpio. -Dijo el rubio mientras se recostaba en el sofá. 
-No, no es eso. Es que todavía que te invadimos la casa, la dejamos hecha mierda. -Dijo mientras se rendía y se volvía a sentar en el sillón.
-Después de cuatro años ya me acostumbré. -Emitió una pequeña risa mientras veía a sus amigos jugar al Play Station.
-Shh. -Dijo Zayn mientras le ponía pausa al juego. -¿Nadie escucha a los Backstreet Boys, o nuevamente estoy escuchando su música en mi cabeza? Porque juro que me pasó una vez durante un examen de matemática. -Louis negó divertido.
-Yo los escucho. -Mencionó Harry confundido. -¿No es como si el viejo ortiva de abajo estuviera escuchando a los Backstreet Boys, cierto?
-No, creo que viene del cuarto de Nikki. -Dijo Louis tratando de agudizar el oído.
-Es mi hermana. -Respondió Niall, relajado.
-¿Nicole escuchando los Backstreet Boys? ¿En cerio? -Preguntó Harry casi riendo. -No puede ser.
-Dijo que era su hermana. Y excepto que Niall tenga una hermana nueva de la que no sepamos, Nicole está probando otro tipo de música… -Dijo Louis, sacando conclusiones rápidamente. Niall no respondió, solo bebió de su vaso de Coca Cola.
-Estás disfrutando esto, ¿no? -Le preguntó Liam con una sonrisa.
-Sip. -Respondió el rubio devolviéndole la sonrisa.



Luego de casi dos horas, la rubia había terminado de ordenar, al menos su ropa. Decidió que era momento de tomar un baño. Atravesó el pasillo hasta una puerta que estaba abierta y dejaba ver el cuarto que buscaba. Solo se llevó una toalla, y las cosas que iba a necesitar, pero dejó la música encendida. 

Luego de terminar de bañarse, usó su secador y se secó el cabello. Una vez que estaba totalmente seco, salió al pasillo y se metió en la habitación. Buscó entre su ropero recién ordenado algo de ropa cómoda, un par de shorts y una remera, y los arrojó sobre la cama.

En eso se escucha la puerta abrirse y cerrarse de golpe. Los amigos de Niall se callaron, y unos pasos se escucharon retumbar por el pasillo hasta la habitación. Su hermana entró a la habitación hecha una bola de furia, arrancó el celular de los parlantes y salió del cuarto. La chica se levantó de golpe y la siguió hasta el baño. 

-¡Nicole! ¡No! -Gritó. Pero fue demasiado tarde. Su hermana ya había lanzado su celular al inodoro, y volvía a su habitación, cerrando la puerta de un golpazo detrás de ella. 

Escuchó unos pasos y seguido vio la silueta de su hermano en el umbral del baño. Rápidamente se agachó y sacó el pequeño aparato del inodoro, mientras el mismo escurría agua. De repente las ganas de llorar invadieron a la chica. No por haber perdido un celular. Sino por lo cruel que su hermana había sido con ella. 

-Creo que aún podemos hacer. -Respondió su hermano, mirándola arrepentida.
-Arroz. -Dijo ella respirando hondo para no llorar. -El arroz sirve como absorbente del agua. 
-Hay que poner el celular en arroz. -Se paró y ayudó a su hermana a imitarlo. -Yo voy. Vos andá a cambiarte. -Ella solo asintió.

Cruzó el pasillo hasta la puerta, pero al tratar de abrirla notó que estaba trabada. Comenzó a golpear suavemente.

-Nicole, la puerta se trabó… -Ella sabía que no había sido un accidente, sino que su hermana lo había hecho intencionalmente. -Nikki… Por favor, ¿podés abrir la puerta? -Insistió la rubia, sosteniendo la toalla con una mano, mientras que con la otra golpeaba la puerta. -¡Nicole! -Gritó furiosa luego de que su hermana no le contestara, pero solo logró que subiera la música. -¡Por favor! -Repitió, pero era inútil. Ni ella se escuchaba con tanta música. 

Continuó golpeando la puerta una y otra vez, mientras le gritaba a su hermana, con la esperanza de que se apiadara de ella la dejara entrar. Pero luego de cinco minutos perdió toda motivación. De repente llegó a oír unos pasos por el pasillo. Se esperanzó de que fuera Niall. Pero su instinto fracasó.

-¿Te dejó afuera? -Preguntó el chico, mientras vagó su mirada por todo el cuerpo de ella, lo que logró ponerla muy incómoda. Puso ambas manos sobre su pecho y la sangre subió a sus mejillas. Solo atinó a asentir. -Nicole, soy Liam. ¿Podrías abrir? -Preguntó el chico mientras golpeaba la puerta de la habitación. Pero nada sucedió. -¡Nikki! -Insistió. Pero nuevamente la música llenó el vacío de palabras. Miró a la chica apenado. -Lo lamento.
-No te preocupes. -Respondió ella poniendo un mechón de cabello detrás de la oreja y mirando sus pies. 
-Creo que sé como hacer para sacarla. -Dijo con una sonrisa.

Una vez que se fue, el cuerpo de _______ se relajó por completo. Golpeó la puerta unos segundos más, pero se rindió sin mucho esfuerzo y se recostó en la puerta mientras cerraba los ojos, respiraba hondo, y trataba de no llorar. De repente nuevamente se hicieron presentes los sonidos de unos pasos en el pasillo. Supuso que eran o Liam o Niall, con una solución que la sacara de tan embarazosa situación. Pero nuevamente, su instinto fracasó. 


Delante de ella había un chico mínimo dos cabezas más alto, de tez morena y grandes ojos marrones. Tenía unas pestañas largas y rizadas naturalmente, y una barba de un par de días. Llevaba puesta una musculosa verde con un par de letras de colores, y unas bermudas de jean. Caminó despreocupado mientras rascaba su cabeza y se acomodaba el cabello con la mano derecha, mientras la izquierda iba en su bolsillo. Al llegar hasta donde estaba la chica, no pudo reparar en mirar su cuerpo únicamente cubierto por una pequeña toalla, mientras que ella volvía a escudarse con sus pequeños brazos, mientras se sonrojaba enormemente. Le dedicó una pequeña sonrisa, y _______ miró hacia sus pies avergonzada nuevamente. 

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Eh aquí el segundo capítulo. Ojalá les guste, lindas!!! Las adoro a todas!!!!

Laters, babies.

Juliii :)

jueves, 24 de octubre de 2013

Capítulo 1: "Back to her own reality".

There's something in a simple hug
That always warms the heart,
It welcomes us back home
And makes it easier to part....
~Johnny Ray Ryder, Jr., "A Simple Hug"

La estación de trenes Grand Central estaba infestada de gente. El verano terminaba, y la gente volvía de sus vacaciones para regresar a la rutina. Los adultos vuelven de la licencia y los jóvenes vuelven a los estudios. Es momento de retomar la vida cotidiana. Dejar atrás el pasado, el color, las playas y la diversión, para vivir la realidad. 

La nostalgia invadió a _______ en el momento en que su pie salió del tren. Tantos recuerdos se colaron a su mente. Todo lo que había sucedido en esa ciudad, todo por lo que había pasado. Se recordó a ella misma, a los escasos trece años, con no más de una pequeña maleta en la mano y el ticket en la otra lista para abordar. Recordó como se arrepintió millones de veces de dar ese paso, considerando que hacerlo lastimaría a la única persona que le importaba. Pero eso iba más allá de ella. Por primera vez había puesto a sí misma sobre los demás. Y una vez dentro del tren, no hubo vuelta atrás. Y ahora volvía a enfrentar la realidad. 

Giró la cabeza varias veces, no para ver si conocía a alguien, ya que cualquier persona relacionada con su infancia probablemente había crecido, cambiado y no la recordara, igual que ella. Sino viendo a la gente al rededor. Por un lado extrañaba a los residentes de Nueva York. Siempre tan apresurados, llegando tarde a todos lados, corriendo de un lado para otro desesperados por lograr subir al tren. Siempre le había causado gracia como la gente de ahí nunca se había parado a ver la belleza del lugar donde habitaban. 

Respiró hondo y comenzó a caminar rumbo a las escaleras mecánicas, con su maleta y su bolso repletos de ropa y otras pertenencias que se le permitía tener en el campus. Cargar ambas maletas estaba haciendo que comenzara a darle calor, considerando que el clima en Nueva York no ayudaba. Al llegar arriba vio el doble de personas que siquiera pensó en ver abajo. Gente despidiéndose, o dándole la bienvenida a otros, algunos perdidos, como ella, uno que otro artista callejero tocando la guitarra en un rincón. Pero no veía la cabellera rubia de su hermano. Recorrió unos cuantos pasos esquivando a la gente. Tanto calor y tanta gente acumulada no es una buena combinación. 

Finalmente vio entre la gente a un rubio tratando de ver por en sima de todas aquellas personas. Lo reconoció al instante. Si bien su cuerpo había cambiado desde la última vez que lo vio a los diez años, su cara seguía siendo muy parecida. Claro que había madurado, en todo sentido, pero esa expresión de dulcera, y esos ojos azules solo podían pertenecerle a él. No pasaron más de diez segundos para que sus ojos se posaran en ella. _______ sonrió tímidamente, y Niall ensanchó su sonrisa de emoción y nostalgia. Él comenzó a caminar a paso apresurado, que rápidamente se convirtió en un leve trote, y ella lo imitó, solo que cargando ambas maletas se le dificultó un poco. 

Al llegar en frente de su hermano, ambas maletas, tanto el bolso que llevaba colgado del hombro como la valija que arrastraba, cayeron en seco a cada uno de sus lados, y la pequeña rubia saltó a los brazos de su hermano, mientras éste le correspondía el abrazo y la giraba conmocionado. Luego de un par de vueltas se dignó a dejarla en el piso, pero aún así no se separó de ella.

-Te extrañé tanto. -Susurró en su oído. Ese era el factor que le faltaba a _______ para largar la primera lágrima. Escuchar la voz de su hermano en persona. 
-Yo también te extrañé. -Eso fue todo lo que pudo decir. Al separarse, ella se limpió las pocas lágrimas que habían resbalado por su mejilla con una sonrisa adornando su cara. 
-Estás enorme… Es decir… La última vez que te vi tenías diez años. Claro que creciste… -Comenzó a divagar. Ella soltó una pequeña risa tímida y él sonrió. -Pero lo que más extrañé fue tu risa. -_______ miró para abajo avergonzada, acto habitual de alguien tímido, y su hermano la volvió a abrazar. -Vamos. -Habló al separarse.

Agarró su bolso, y ella se quedó arrastrando la otra maleta, y salieron rumbo a la calle. Ruidos de autos, bocinas, abucheos, todo volvió a su memoria. Estaba volviendo. Y esperaba que fuera mejor que la última vez. 

Niall paró un taxi con agilidad y se apresuraron a meterse en él antes de que se los sacaran. Con las valijas en el maletero, le indicaron a chofer la dirección del loft de Niall, y partieron para ahí. 

En el camino de vuelta hablaron de trivialidades, como su estadía en Connecticut, los amigos que tenía allá y las clases entre otras cosas. _______ sabía que a Niall le gustaba aún menos que a ella las preguntas personales, por eso se las evitó completamente. Nunca fue una chica muy curiosa.

Al llegar Niall pagó al taxista, y bajaron las cosas frente a una casa de ladrillo al estilo neoyorquino, con una escalera que conducía a la puerta de madera rústica ya bastante vieja. 



-Abajo viven en un apartamento dos chicos que creo que van a la universidad, y en el de en frente un viejo que rara vez sale de su casa. -Le contó a su hermana mientras subían las escaleras de la entrada. -Y el piso de arriba es todo nuestro. -Le sonrió al terminar de subir ambas maletas por si solo.

Al entrar notó que entraba mucha luz acogiendo el ambiente. Había una gran claraboya justo en cima de la puerta. En frente de ella había una escalera, y a su lado un pasillo. Niall optó por la escalera, y _______ supuso que agarrando por el pasillo a la derecha estarían los apartamentos de las personas que su hermano le había comentado. Nuevamente él solo subió ambas maletas por los escalones de madera que crujían levemente al pisarlos, y _______ lo seguía pisándole los talones. Enseguida de terminar la escalera a la derecha había una puerta. Niall dejó ambas maletas en el piso y sacó de su bolsillo un juego de llaves. Abrió ambas cerraduras y entró agarrando el bolso a su paso. La rubia agarró la valija con ruedas y la arrastró dentro del apartamento. 

Su primera impresión es que estaba bastante ordenado. Al entrar había un living-comedor con un juego de sillones en color verde moho de terciopelo ya algo gastados, puestos sobre una alfombra a rayas blanca y negra. Una televisión reposaba frente al sillón más grande, y unos controles conectados a un Play Station 3 reposaban sobre la mesa de café que separaba a los sillones de la televisión. Más al fondo estaba la cocina. Había una barra o desayunador separando la sala de la cocina, y una puerta a la derecha que llevaba a la misma. A la izquierda habían tres ventanas gigantes que iluminaban todo el ambiente y una mesa rectangular para seis personas de madera desgastada debajo. 

-¿Y? ¿Qué te parece? -Preguntó Niall observando a su hermana fascinado de que estuviera ahí, con él. 
-Me encanta. -Respondió ella, sin dejar de analizar todo. Ahora ese era su hogar. Su nuevo hogar. Y aunque iba a costar adaptarse, ya lo sentía lo suficientemente cómodo.

La puerta se abrió de golpe, y ambos hermanos voltearon en dirección a la persona que había entrado. Una chica enteramente vestida de negro entró a la sala despreocupadamente sin notar la presencia de ambos, hasta que notó que un par de maletas obstruían su camino habitual a su cuarto. Se quedó mirando las maletas por unos segundos y luego levantó la vista para ver a dos chicos parados viéndola. Niall la veía con una sonrisa de "disculpa por no avisarte antes", y _______ con genuina sorpresa.

-¿Nicole? -Preguntó la rubia sorprendida. Su hermana la reconoció al instante. El parecido que tenía con Niall era impresionante. Confundirla con alguien más es difícil. 

Su vista vagó nuevamente hacia las valijas, poniendo todas las piezas en conjunto sobre un rompecabezas, y luego volvieron a subir hacia su hermana. Frunció el ceño, se dio media vuelta y salió por la puerta del apartamento. _______ miró sorprendida a su hermano, quien se encogió de hombros pidiendo disculpas de alguna manera. 

Las lágrimas le picaron los ojos. Pero no era momento de llorar. Era momento de perseguir a su hermana y hablar con ella. Salió disparada hacia las escaleras, y alcanzó a verla abrir la puerta de la entrada. Las bajó apresuradamente, agarrándose de la baranda para no tropezarse y caerse y salió a la calle, donde vio a su hermana corriendo de ella. Nuevamente se le hizo un nudo en la garganta. Su hermana estaba huyendo de ella. Su hermana la odiaba. Y estaba en su derecho. Ella la había abandonado, y quién sabe que habrá pasado en ese lapso de tiempo en el que Niall no volvió a casa. Simplemente le asustaba siquiera pensarlo. A la mitad de la calle se rindió. Gritó por última vez su nombre con la esperanza de que se apiadara y volviera, pero no sucedió. Respiró hondo y soltó el aire justo en el momento en el que se daba vuelta para volver a entrar al apartamento.

-¡Cuidado! 


Gritó alguien. Pero ella no llegó a ver quien era. En vez de eso volteó hacia la calle, donde un auto venía directo hacia ella. Pensó en moverse, pero sus pies le fallaron. Y cuando pensó que ya no podría escapar de ser atropellada, sintió que alguien la tiró fuera del camino hacia la acera de en frente, terminando sobre ella. El auto paró unos breves segundos, pero luego siguió su camino como si nada hubiera sucedido. Y ahora ella estaba a salvo, pero con alguien sobre ella. Ese alguien era su salvador. Quien la había salvado de casi ser atropellada. Ese alguien era un chico. Y era hermoso, pensó ella. 

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Hola a todas!! Este es el primer capítulo. Ojalá les guste! Ya Ana me dejó bien en claro que le encantó el prólogo hoy en el colegio y que le encantó el simple hecho de que le haya regalado una novela. También les manda agradecimiento a todas las que les desearon feliz cumpleaños, aunque claro que ella les respondió a algunas. Terminó divino, y dice que muchas gracias de verdad a todas.

De verdad necesito que sean honestas de si les gusta o no esta novela. Es importante, porque es medio cualquier cosa, pero a mí me gustó al idea. En fin, tal vez más adelante necesite otra chica. Porque por ahora solo tengo a dos. A Ana, claro, y a Melody, que es una chica que desde hace pila de tiempo me está pidiendo para ser parte de alguna de mis novelas. Además siempre hablamos y es un amor de persona... Cuando quiere :) Si necesito otra se los voy a hacer saber, porque como dije antes, no se que es lo que va a pasar en la novela, así que no se si vaya o no a necesitar otra chica. 

Laters, babies.

Ju :)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Prólogo: Beautiful Life: Zayn Malik y tu.

“… she was also an uncommonly kind woman. She had a way of seeing the beauty in others, even, and perhaps most especially, when that person couldn’t see it in themselves.”

"_______, ¿podés responderme? ¿Qué está sucediendo? Necesito respuestas."

"_______, ¿por qué no me respondés? Necesito que me llames."

"_______, hoy vuelvo a casa. Necesito saber que pasó. Por favor respondeme."

"Por favor decime que no es cierto. No quiero creerlo. Por Dios, ¿por qué no me dijiste antes?"

"_______, necesitamos hablar. Necesito saber si estás bien. Por favor, respondeme el teléfono."


"Okey. Entiendo. Si no querés hablar del tema, no hablamos. Pero preciso escuchar tu voz. Prometo no mencionarlo. Solo quiero hablar contigo. Por favor."


Escapar no es la solución. Nunca lo es. Pero a veces es la opción más viable. Temporánea, claro. Escapar sacia el dolor, te mantiene a salvo, te relaja, pero solo momentáneamente. El tiempo son solo números. Insignificantes. Sin darte cuenta, pasan volando. Y antes de que te des cuenta, estás volviendo. 

Escapar es como soñar. Todo está bien por un tiempo, pero en algún momento hay que despertar, y volver a la realidad. 

Nadie sabe lo que la mañana depara. Y el mundo está lleno de imprevistos. Lo que todo está bien, al segundo puede estar mal, y al minuto peor. Pero la vida es como andar en bicicleta. Para seguir balanceado, hay que seguir pedaleando. 


-Niall, ¿tenés más cerveza? -Preguntó el más pequeño de los cinco.
-¿Disculpá? -Dijo gracioso éste. -¿Nos recordás tu edad, bebé? -El oji-verde se paró del sillón en donde estaba sentado rodando los ojos hasta la cocina en busca de una bebida, no sin antes pegarle en la cabeza al rubio.

Harry Styles. Tiene diecisiete años, y asiste a la escuela secundaria Blue Hill. Su padre es el mejor abogado en toda la gran manzana. Tiene un gran poder adquisitivo, lo que le da gran jerarquía dentro del colegio. Conocido como el gran mujeriego. Al ser considerado como un nene para sus amigos, desarrolló un gusto por las mujeres más grandes que él. Consideraba que de esa manera, si salía con gente mayor, sus amigos finalmente dejarían de considerarlo más chico, aunque la diferencia de edad constara en un año. Veinticuatro, veinticinco, incluso alguna de veintiséis con aspectos más jóvenes era lo que acostumbraba. Pero claro, eso no quiere decir que no le gusten las chicas de su edad.

-Miren como lo cago ahora. -Habló en un susurro el castaño de ojos celestes segundos antes de que Harry saliera de la cocina con una lata de cerveza en la mano. El chico rápidamente le quitó la cerveza de la mano. -Gracias. -Dijo con una sonrisa mientras daba un sorbo. 

Louis Tomlinson. Tiene diecinueve años, pero aún sigue estudiando ya que de chico repitió un año. También va a Blue Hill. A diferencia de Harry, en el caso de Louis es su madre quien aporta la mayor cantidad de dinero a la familia. Es una famosísima diseñadora de modas. Es dueña de la cadena de tiendas de Forever 21, lo que le da a Louis la oportunidad de elegir siempre el regalo perfecto para cuando una chica se enoja con él. Sus padres están separados, y él vive de casa en casa. Por eso prefiere pasar en lo de un amigo, que ir a casa de su padre a escucharlo hablar porquerías de su madre, o viceversa. Es también bastante mujeriego, y suele salir a divertirse cada vez que se le plantea la oportunidad. Es el de las conexiones. Siempre que precisan algo especial, Louis es quien consigue a alguien para que lo haga, ya que tiene conocidos de todo tipo en toda la ciudad que siempre suelen deberle uno que otro favor.

-Devolvémela, puto. -Habló Harry mientras trataba de quitarle la lata de la mano. Al moverla para que él no logre alcanzarla, un poco se volcó un poco de líquido en el piso.
-Están manchando todo, loco. -Se quejó el castaño.

Liam Payne. Tiene dieciocho años, y al igual que los anteriores, estudia en Blue Hill. Sus padres en conjunto son dueños de una cadena de restaurantes elegantes en el Upper East Side. Toda chica que Liam presenta a sus padres es estrictamente denegada por su madre, pero el chico es persistente, y no deja de intentar. Si las chicas no quedan lo suficientemente indignadas luego de conocer a su madre, él debe de romper con ellas de inmediato. La influencia de los padres es muy importante para él. O eso es lo que todo el mundo cree. Sin embargo la verdad se esconde detrás del temor que el chico tiene a enfrentárseles. Es, dentro de todo, el más responsable de los cinco. Es tierno y comprensivo. Y tiene un corazón enorme. Es el de los consejos. Siempre que cualquiera de ellos precisa ayuda, acuden a él. Sin embargo nunca hay nadie que lo ayude a él cuando llega su momento.

-Buenísimo, Zayn. Ahí si que quedó limpio. -Reclamó Liam al moreno, quien desinteresadamente había pasado un pie por la alfombra en donde había caído la cerveza, en un intenso claramente fallido de limpiarla. Éste solo se encogió de hombros y recostándose en el sofá, bebió otro trago de su propia cerveza.

Zayn Malik. Tiene dieciocho años y va a Blue Hill, junto con los demás. Su padre es dueño de un hotel en el Upper East Side. El Palace. Además de tener una empresa que demuele edificios, y reconstruye sobre ellos. Tiene a miles de personas a su mando, sin embargo no hay manera de que pueda controlar a su hijo. No es como si lo intentara, de todas maneras. Es conocido como el chico malo, y misterioso. Nadie suele saber mucho de su vida. Solo saben que es peligroso, misterioso, y asquerosamente rico. Suficiente para atraer a las mujeres. Sin embargo, como no soporta ver a su padre, vive en el hotel. En el penthouse. Es mujeriego, y seductor. Bloquea sus problemas con mujeres y alcohol. Pero siempre manteniéndose al margen. Tiene que mantener una reputación. Un paso en falso y puede ser el fin para el imperio de su padre, y aunque no le desagradaría ver a su padre hundirse junto con su legado, eso significaría que él perdiera lo único y poco que le quedaba. Sin embargo, todas las cosas que hace, todos esos actos de rebeldía, no son más que llamados de atención. Lo único que quiere es que alguien lo escuche y lo entienda. No lo sabe. Pero es lo que más desea en el mundo.

-Son unos pajeros. -Dijo el rubio parándose del reclinable mientras soltaba una carcajada. -Dejen que yo lo limpio.

Niall Horan. Niall es… simplemente Niall. Asiste a Blue Hill, pero no es como el resto de los chicos. Sus padres no tienen ni una marca de ropa, ni una cadena de restaurantes, ni son abogados reconocidos, o tienen un cadena de hotelería. Niall vive en Brooklyn, la parte baja de Nueva York. No es rico, ni tiene ninguno de los lujos con los que sus mejores amigos crecieron. Sin embargo, y por alguna razón que él hasta el día de hoy le parece inexplicable, esos chicos ricos, que pueden tener a cualquier amigo que quieran, lo eligieron a él. Y pudiéndose juntar en las casas más lujosas, con empleados que te abaniquen mientras te dan de comer en la boca, eligieran juntarse en su apartamento, precisamente. Sin embargo no se lo cuestiona. Él está agradecido de pertenecer a un grupo de amigos como ellos, que a pesar de todos sus problemas y conflictos, son maravillosas personas. 

-Nicole, ¿dónde estabas? -Preguntó Niall a la chica que acababa de entrar por la puerta del apartamento. Ella paró en seco y volteó. Se quitó uno de los auriculares de la oreja, y dejó escapar la música extremadamente alta de éste.
-Por ahí. -Respondió sin ganas.
-Definí "por ahí". -Pidió el rubio, cansado del habitual comportamiento de la chica.
-Buscate un diccionario, Niall. -Se volvió a enchufar el auricular y continuó su camino hasta su habitación.

Nicole Horan. Es la hermanita de Niall. Tiene catorce años, y es completamente rebelde. Se le reconoce por usar ropa negra, únicamente. Sus ojos azules suelen ir bordeados de un espeso delineado negro, y sus pestañas llenas de rímel. Los labios siempre pintados de un bordó oscuro, y su cabello rubio teñido de negro azabache. Tiene pecas por toda la cara, lo que le daba armonía, cuando no era así. Escucha puro rock y heavy metal. Casi no suele estar en la casa, y cuando lo hace lo pasa encerrada en su habitación. Tiene un pequeño gran enamoramiento por Zayn desde el momento en que lo vio. Es algo así como su platónico. Y probablemente al único que haga caso, y le importe su opinión.

-Rebelde sin causa… -Se burló Louis dándole un sorbo a su lata de cerveza. Zayn emitió un bufido en forma de risa mientras imitaba el acto de su amigo. Niall se encogió de hombros.
-Al menos regresa a casa. -El celular del rubio comienza a sonar, y con solo ver su cara en la pantalla, se le escapa una sonrisa de esas tan genuinas, que solo ella podía sacarle.

-Rubia. -Atendió el teléfono separándose del resto y caminando hacia la cocina.
-Hola, Niall. -Respondió ella sonriendo. Adoraba los múltiples apodos que Niall solía ponerle.
-¿Cómo andás? -Preguntó el chico sentándose en el mármol de la cosina. 
-Bien. -Respondió.
-¿Cómo estás para el comienzo de clase? -Le preguntó Niall, mientras jugaba con sus pies. Pasaron veinte segundos en los que nadie habló.
-Bien, supongo. 
-¿Pasa algo? -Preguntó el rubio. -Te conozco. -Nuevamente otros veinte segundos insonoros.
-Si. -A Niall se le encogió el corazón, y en menos de un mili segundo millones de ideas retorcidas se cruzaron por su mente. Todo malo, claro. -No voy a seguir en el internado. -Dijo finalmente en un susurro casi inaudible. Pero Niall logró escucharla. Ya estaba acostumbrado a su tono de voz.
-¿Por qué? ¿Pasó algo? ¿A dónde vas a ir? -Preguntó éste apresuradamente sin intervalos para que la chica pudiera responder a sus preguntas. Finalmente se decidió por responder la última pregunta.
-Vuelvo. -Fue todo lo que dijo. Esa única palabra de seis insignificantes letras fue suficiente para que a Niall se le formara la sonrisa más grande que su cara había portado en un tiempo.
-¿A Nueva York? -Preguntó emocionado. Era obvio que sí, pero quería asegurarse. 
-Si. -Respondió ella sonriendo, aunque él no pudiera verla. -Vuelvo a Nueva York. -Confirmó. 
-¿Pero cómo? -Preguntó asombrado. -O sea, no es que no me emocione la idea de que vuelvas. Es más, me encanta. Pero, no entiendo. ¿Simplemente decidiste dejar todo y venirte?
-Te dije que iba a volver cuando estuviera lista. -Respondió con su melodiosa voz. -Y lo estoy, Niall. Estoy lista. 
-Eso es realmente asombroso. No sabés cuanto te extrañé. -Dijo en un suspiro. Es como si cargara con un gran peso en sima, y finalmente se librara de él. 
-Yo también. Mucho. -Hubieron unos segundos en los que ambos se dedicaron a sonreír, aunque ninguno pudiera ver al otro. -Niall…
-¿Si?
-¿Puedo pedirte un favor? -Dijo avergonzada la chica.
-Claro. El que sea. -Niall no paraba de sonreír. Parecía el gato de Alicia en el País de las Maravillas con esa enorme sonrisa.
-¿Puedo quedarme contigo un rato? -Preguntó aún más avergonzada. -Solo hasta que consiga trabajo. Apenas tenga lo suficiente te prometo que me voy.
-De ninguna manera. -A la chica se le encogió el alma. -Vos te quedás en casa conmigo hasta… siempre. -Respondió al ver que no encontraba nada que fuera con la frase. -Y ni se te ocurra trabajar, ¿escuchaste?
-Niall, gracias. Pero de verdad, no quiero ser una molestia…
-Sos mi hermanita. -Respondió Niall antes de que ella prosiguiera. -Nunca sos una molestia. -Ella sonrió.
-Si acepto la propuesta, al menos dejame traer algún ingreso a la casa. Por favor. -Él negó rápidamente, aunque ella no se enterara del acto.
-La tía Harriet nos paga el alquiler del loft y los gastos de la casa. Y con mi empleo puedo conseguir dinero para la comida y el resto de cosas que precisemos. Te aseguro que no va a hacer falta. Y en el caso de que haga, no te lo permitiría. -Ella volvió a sonreír.
-No creo que un trabajo de barman los viernes, sábados y domingos aporte el dinero necesario para mantenerte a vos, más dos hermanas. -Se burló ella, tímidamente. Niall soltó una pequeña carcajada.
-Te sorprendería. -Nuevamente el silencio reinó, mientras ambos sonreían del otro lado de la línea. -¿Cuándo llegás, entonces? -Preguntó el rubio rompiendo el hielo.
-Dos días. 
-¿Dos días? ¿Y esperaste hasta ahora para decirme? -Preguntó gracioso su hermano.
-Estuve ocupada empacando todo. Y arrepintiéndome. Y desempacando. Y arrepintiéndome de desempacar. Y empacando de vuelta.
-Wow…
-Siete veces. -Él rió, contagiándola a su paso.
-En dos días en La Terminal Grand Central. ¿Correcto? -Preguntó para confirmar, sin dejar de reír.
-Sip. 
-Nos vemos, entonces. Después pasaje bien la hora por mensaje de texto.
-Claro. Nos vemos.
-Te amo, _______.
-Yo también te amo, Niall.

_______ Horan. Tiene diecisiete años. Desde los trece que se mudó a Connecticut, a un internado. Es baja de estatura, pero no tanto. Tiene el cabello rubio y largo, por la cadera, con ondas irregulares. Es pequeña y delicada, y así es su personalidad también. Es tímida y reservada. No le gusta hablar sobre ella, prefiere escuchar a los demás, y es algo que le sale bien, al igual que dar consejos. Sus ojos son azules y bien grandes, con unas largas y rizadas pestañas. Ella no se considera linda. Pero tampoco es como si se considerara fea. Para ella, su aspecto es el de cualquier chica de diecisiete años. Pero tiene algo que las demás no. Su actitud tímida y reservada llama la atención de la gente. A simple vista parece alguien normal, pero muchos se sorprenderían de saber el gran secreto que la atormenta. Sin embargo trata de esconderlo lo más que puede. Así que la mayor parte del tiempo se la ve sonriendo, porque cuando alguien ah sufrido tanto, no quiere que nadie se sienta igual, y lo mejor que les puede obsequiar es una sonrisa.